Te miras ante el espejo y observas esa imagen que tanto te desagrada, ves con horror los cambios que ha sufrido tu cuerpo y tu mente se hunde aún más en la oscuridad, ya nada queda de tus sentimientos de grandeza, te ves como un auténtico monstruo que debería ser exterminado.
Tos ojos ya no reflejan brillo alguno de esperanza, tus labios hace tiempo que se olvidaron de sonreír, tu garganta ya no emite ni un solo sonido de risas y tu cuerpo te repugna.
Hace tiempo que dejaste de escuchar esas dulces palabras que te llenaban, que te hacían sentir mejor persona, ahora todas las palabras son como agujas que se clavan en tu alma, te recuerdan lo horrible que eres. Dejaste de ser aquella chica hermosa, simpática y agradable, ahora eres el mal en persona y todas tus acciones están mal, eres la mala de la película y ya poco te importa cambiarlo. Ahora ya no te queda nada de autoestima, apenas eres la sombra de lo que fuiste y por mucho que intentes regresar a aquellos años sabes que es imposible y ello hace que te hundas aún más en ese oscuro y profundo pozo al que estás condenada.
Pequeños pedazos de tu alma, de tu ser, se han esparcido a lo largo de los años sin que apenas te dieras cuenta, sabes que lo has perdido y que nunca lo recobrarás. Observas a otros seres que tienen lo que antaño tuviste tu y un pequeño guiño de envidia te recorre pero también sabes que ahora has podido saborear la libertad, aunque su sabor es amargo…
...Distorsión del alma y el cuerpo...
