Dos miradas que se cruzan, dos almas que se reconocen en ese mágico instante, dos seres que anhelan compartir el mismo destino, un destino tiempo atrás truncado… Dos almas condenadas a amarse en soledad, castigadas a revivir una y otra vez su desdicha, amarse en silencio mientras contemplan como el ser al que aman ha de continuar con su vida sin poder estar unidos.
Desde ese preciso instante que las miradas se cruzaron, ambos sintieron el mismo pinchazo letal, una sensación que recorrió sus almas como una mortal chispa. Sin dejar de encontrarse, de mirarse y de hablar, intentando esconder todas esas sensaciones el uno al otro. Pero llegó el momento en que ninguno puedo soportarlo más, sus cuerpos se unieron, se fusionaron en uno solo y al fin fueron felices, pero el duro momento de la separación fue tan doloroso como si ambos murieran… Continuaron adelante, recordando ese mágico instante, siguieron con su eterna condena haciendo sus vidas como si nada hubiera pasado, pues ninguno deseaba dañar al otro ni a aquellos seres a los que apreciaban.
El tiempo fue pasando y ambos creyeron que esos sentimientos habían quedado ya olvidados, pero sus miradas volvieron a encontrarse y de nuevo la llama se reavivó, ¿quién de los dos fue el cobarde? ¿Quién de los dos decidió no dar el paso? A ninguno puede culpársele de haber desperdiciado otra nueva oportunidad, ¿sería está la última? Nadie puede conocer las respuestas o los designios del destino, al igual que ninguno puede conocer que hubiera pasado si no hubieran desaprovechado todas las oportunidades, quizás algún día conozcan las respuestas pero mientras tanto continuaran con su condenada, amarse en silencio y encontrándose sólo en los mágicos rincones de los mundos oníricos, el único lugar en el que ambos pueden ser libres de vivir su amor.
..Seguiré soñando y esperándote bajo la cálida luz de la luna...




