Ira, rabia, dolor… Sentimientos que se acumulan en un pecho a punto de explotar, sensaciones que te ahogan y te cortan la respiración. La sangre hierve como la lava, quemando la razón, los nervios a flor de piel a punto de salir… ¿Por qué tanto dolor? ¿Por qué tanta incomprensión? ¿Acaso no sería más fácil hacer caso a los instintos? Huir, huir lejos de lo que te oprime y te ahoga, salir a libertad, volar libre e intentar cumplir tus sueños…
Rabia de ver que nadie es capaz de ver la realidad, que nadie es capaz de ver más allá de lo que les dejas ver… Es demasiado fácil engañar a las personas, hacerles ver cosas que realmente no están ahí, pero al final… Al final terminamos por engañarnos a nosotros mismos, por creernos nuestras propias mentiras… Finalmente los sueños y las esperanzas mueren, los colores desaparecen de nuestras vidas, quedando solamente lugar para el gris, para un cielo oscuro y gris, sin estrellas, sin sueños y sin esperanzas…
¿Acaso nadie es capaz de ver la realidad? ¿De ver lo que realmente está ahí? Estoy harta de esta sensación de desasosiego, de sentirme siempre una auténtica mierda, pero parece que todos están demasiado ocupados en sus propios asuntos, en sus propios problemas… Es muy fácil ir a contarle a la pared de piedra el cómo se sienten, lo felices o lo desgraciados que son, y la gran mayoría de ellos ni siquiera se dan cuenta de que tú sufres más que ellos, pero debes permanecer con una sonrisa en tu rostro, mostrándoles tu mejor cara porque claro, sus cosas son siempre más importantes que las tuyas…
Harta, Harta de tanta falsedad… Harta de tanta incomprensión… Harta de ser incapaz de cumplir mis sueños… Al fin y al cabo… Harta.


