¿Qué es este vacío que llena mi ser?
Es una sensación que me quema, me ahoga y me desgarra poco a poco, un sentimiento que se oculta tras “buenas” emociones y que poco a poco me devora.
Cada día camino por la calle, sin camino ni horizonte, solamente andando por andar, dejando a mi mente volar hacia aquellos mundos que se hallan ocultos tras el velo de la realidad.
La música suena mientras mis ojos ven más allá del tiempo presente, mientras mi vista navega por océanos inexplorados y tierras vírgenes, allá en donde la mano del hombre aún no ha llegado. Allí habitan hermosas criaturas que pueblan una tierra verde y fértil, una tierra de antiguos dioses y viejas leyendas.
Son estas imágenes las que consiguen hacer que el tiempo pase poco a poco, que las paredes de esta celda se hagan un poco más grandes, permitiendo a las alas de esta ave enjaulada poder desplegar sus alas e imaginar la sensación de volar libre hacía aquellas mágicas tierras.
Siempre he soñado con poder ser esa otra yo, esa otra mitad de mi ser que camina sin miedo y que vive el momento, sin tener en cuenta las reglas morales de un mundo que poco a poco cae en su propia destrucción. Esa otra parte de mi alma que vive en la noche, que saborea los placeres que se ocultan tras el disfraz de una falsa existencia.
Son gruesas y cortas las cadenas que mantienen a este ser atado a la realidad, cadenas que aún no ha podido penetrar en los confines de la mente y en ese pequeño cachito de alma que se alimenta de soledad y oscuridad.
Palabras y frases que se unen para dar lugar a párrafos que solamente consiguen que esa pequeña parte se muestre un poco, que asome poco a poco, respirando por unos breves instantes la libertad, pero de nuevo sus alas son cortadas y cae en el abismo del olvido.







